UN HOMENAJE A ESOS HÉROES

Esta crisis está resultando más inhumana que nada que hubiéramos conocido, los más jóvenes y los no tan jóvenes.

Solo aquí, en Castilla-La Mancha llevamos 539 fallecidos, 91 más que en el día de ayer.

Lo dije hace unos días y lo repito hoy porque lo tengo muy presente: los fríos datos no pueden hacernos olvidar que detrás de cada número había una persona. Con nombre y apellidos. Con una vida disfrutada y muchos días por delante para seguir disfrutándola.

Si la muerte ya de por sí resulta trágica para los seres queridos de la persona que nos deja, imaginaos si ese ser humano apenas había vivido los primeros años.

Hoy hemos conocido la trágica noticia de la muerte de Sara.

Sara Bravo era una médico que prestaba su servicio en Mota del Cuervo, donde era muy querida y admirada por su encomiable disposición y su espíritu de servicio con sus pacientes.

Pero lo más triste del caso es que Sara solo tenía 28 años.

Imaginaos lo que eso supone. Una profesional de la Medicina, recién acabados sus estudios y con toda una vida por delante, ha fallecido por este maldito virus que se está llevando a tanto ser querido.

No puedo ni imaginarme el dolor de sus padres, familiares y amigos, al que me sumo como uno más.

De verdad creo que hoy los aplausos de las ocho de la tarde están más justificados que nunca.

Nada podrá mitigar el dolor que deja su muerte pero me gustaría que nuestros dirigentes, esos que se empecinan en no escuchar, hagan una excepción y decreten luto oficial, haciendo ondear las banderas a media asta.

Es una muestra de respeto que tenemos la obligación de hacer.

Lo propuse ayer aquí, en Castilla-La mancha y me dijeron que no. Hoy, Isabel, la presidenta madrileña con la que tengo el privilegio de poder hablar todos los días, así lo ha hecho.

Por eso insisto y vuelvo a pedir que homenajeemos a nuestras víctimas.

Que se lo merecen. Como merecen que pongamos todo nuestro empeño en facilitarles las medidas de protección que no tienen.

Nuestros profesionales de la Sanidad y de los Servicios Sociales son héroes sí, pero también son personas y corren un riesgo enorme intentando cuidarnos y salvarnos de las garras del monstruo.

Nunca habrá dinero mejor empleado. Jamás estará mejor dedicado todo nuestro esfuerzo.

Yo os aseguro que no voy a parar de pedir y pedir. De exigir y exigir.

Aunque quieran derrotarme. Aunque quieran que desfallezca.

Porque yo os digo que, en esta batalla, solo me arrodillaré cuando necesite recobrar fuerzas y pedir a Dios que me las dé.

Lo hago por todos vosotros.

Y lo hago por Sara y por todos esos compatriotas que han caído en esta guerra.

Sigo luchando.