HE VENIDO A SERVIR, NO A SER SERVIDO

El presidente del PP-CLM, Paco Núñez, ante la crisis del COVID-19

Paco Núñez, presidente del PP-CLM
Paco Núñez, presidente del PP-CLM

Afrontamos estos días de Semana Santa con la mente puesta en el número de muertos que nos informan a diario y en si ya fallecen menos personas que ayer, celebrando que sea así por aquello de que comience la famosa curva y empecemos el descenso.

El hecho cierto es que siguen falleciendo amigos, familiares y seres queridos todos los días y yo tengo que decir que solo celebraré el día en el que no haya habido ningún muerto más.

Hoy han fallecido 67 personas más en nuestra región, víctimas del horror que está suponiendo esta crisis. Y se han contagiado 701 personas más.

Son tragedias personales que deben hacernos reflexionar sobre lo verdaderamente importante que hay en la vida.

Y en estos días que tenemos por delante, más siquiera.

Es verdad que hemos visto a varios centenares de personas que, de manera irresponsable, han intentado escapar del confinamiento como si no estuviera pasando nada en nuestro país y nos pudiéramos ir de vacaciones.

Son los menos. Los que nunca han visto en la Semana Santa nada más que un buen motivo para irse a la playa o a su pueblo a disfrutar de unos días de ocio.

Por eso hoy me gustaría apelar al sentimiento cristiano de la gran mayoría de los habitantes de nuestra región.

Castilla-La Mancha es una de las cinco comunidades autónomas donde más personas se declaran católicas. Casi el 75 por ciento. La religión católica ha tenido y tiene una importancia decisiva en la formación de España desde la llegada del cristianismo a la Hispania romana. No hay una influencia más decisiva e importante y positiva a lo largo de nuestra historia.

El catolicismo nos ha enseñado la virtud de la solidaridad, el amor y el servicio al prójimo, la compasión, la responsabilidad, la humildad… valores todos ellos que los españoles y los castellano manchegos están poniendo de relieve en esta lucha común contra el mal que estamos soportando.

Y que lamentablemente algunos, los menos, están mostrando haber perdido.

Por eso hoy, que los cristianos celebramos el Día del Amor Fraterno, Jueves Santo, es un buen momento para acordarse aún más de nuestros hermanos que sufren peleando contra el virus en hospitales y residencias. De los que ayudan sin descanso a los que lo padecen. De los que hacen todo lo posible y lo imposible por salvar vidas.

De los que nos ayudan a seguir viviendo, arriesgando sus vidas, para tener un mañana. De los que hacen su trabajo con responsabilidad y disciplina.

Y es un buen momento para acordarnos de los que, después de un calvario, nos han dejado.

Por eso hoy, quiero acordarme de los 1.322 fallecidos en mi región. Y de todos los que sufren.

Rezaré por ellos.

Finalizo con una cita en la que creo que todos los castellano manchegos de buena fe nos reconocemos. Es del Evangelio según San Mateo 20,28 y fueron las palabras que dijo Jesucristo antes de morir, explicando su sacrificio por todos nosotros: “No he venido a ser servido, sino a servir”.

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