LA VIRTUD DE SABER ESCUCHAR

El presidente del PP-CLM, Paco Núñez, ante la crisis del COVID-19

Paco Núñez
Paco Núñez

Desde que me dediqué al mundo de la política siempre intenté aprender de los mejores.

Y de entre ellos, siempre miraba con admiración a quienes tenían la virtud de escuchar. Hubo varios y no quisiera citar a nadie por no dejarme nombres importantes en el tintero.

Y cuando tuve la suerte de ser alcalde de la ciudad donde nací me propuse desde el primer día basar mi gobierno en hablar y escuchar, y poder así tomar decisiones beneficiosas para todos.

El consenso y el diálogo, bien entendidos como confrontación de ideas y opiniones, ha sido desde entonces mi manera de entender la política.

Y creo que, especialmente en las circunstancias que nos está tocado afrontar, es esencial que todas las personas damnificadas, que todos los colectivos afectados, que todos los representantes de nuestros paisanos hagan uso de su derecho a opinar sobre las decisiones que haya que tomar, para que el destino que nos depare el futuro sea común para todos.

Pero, en cambio, hay quienes se mofan de este afán que he mantenido desde que empezó la pandemia en escuchar a todos para encontrar las mejores soluciones. Dicen que es un teatro mediático. 

Y han sido precisamente esos que, como las veletas, giran en el sentido que marca el viento, aunque no se hayan fijado en que el que sopla lo hace para que miren en otra dirección mientras les traiciona.

Quizá no valoren la opinión de aquellos que no se sientan en el Parlamento regional. Quizá consideren que ellos han sido elegidos por su superior inteligencia. O quizá, simplemente, desprecien cualquier idea que no salga de sus propias mentes.

Yo no lo creo. Creo que todas esas personas, todos los que han sido elegidos dentro de un colectivo o una asociación para representar sus intereses, saben más de sus problemas específicos que todos nosotros.

Creo sinceramente que es esencial escucharlos. A todos. 

Creo que es vital que aporten ideas y soluciones para seguir combatiendo la pandemia. Y considero fundamental que participen en una gran mesa en la que todos, políticos y representantes de la sociedad civil, colectivos, sindicatos y asociaciones muestren su opinión para poder decidir, entre todos, cuál será el camino que tomemos.

Porque, por poner un ejemplo, ¿quién mejor que los sanitarios saben mejor que nadie cómo hay que combatir el virus que todavía está ahí¿No han demostrado que ellos sí que saben el modo de presentar batalla en vez de los dirigentes políticos encargados de tomar decisiones?.

¿quienes mejor que los que han estado en primera línea saben cómo hay que prepararse?. 

¿Quiénes mejor que ellos saben cuáles son las carencias y cómo se podría poner solución en los meses que están por venir? Nadie. Nadie mejor que ellos. Por eso hay que escucharlos.

Yo estoy en eso. Pese a quien le pese.

Y mientras, siguen falleciendo compatriotas. 48 más en España, de los que seis son castellano manchegos. No se me olvidan, por más que se intente relativizar el dato, asegurando que es la mejor cifra desde que comenzó el estado de alarma.

Nunca una muerte es mejor que otra. Porque no son números. Son personas.

Por eso, les transmito, como siempre, el mayor de mis respetos.

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