TRANSMITIR EL CONOCIMIENTO, UNA GRAN VIRTUD

El presidente del PP-CLM, Paco Núñez, ante la crisis del COVID-19

Paco Núñez, presidente del PP-CLM
Paco Núñez, presidente del PP-CLM

Estos días de confinamiento, encierro, clausura obligada… que a casi todos nos toca, hay personas que, desde un segundo plano, están haciendo una enorme labor, callada pero indispensable.

Me refiero a los docentes. Profesores, catedráticos, maestros todos la enseñanza que han tenido que hacer un curso acelerado de auto aprendizaje en educación a distancia y que, con gran dedicación y esfuerzo, están intentando que el conocimiento trasmitido a nuestros hijos siga su flujo y no se pare, por más que lo haya intentado el virus perverso que nos azota.

Dice el diccionario de la Real Academia que maestro es aquella persona que enseña o forma, especialmente aquella de la que se reciben enseñanzas muy valiosas.

Tengo la suerte de ser amigo de un montón de profesores. Algunos dejaron una huella profunda en mí, como imagino que lo han hecho en muchos de vosotros. Seguro que todos recordaréis el nombre de alguno que os influyó de manera decisiva.

Me acuerdo de doña Mª Jesús, que seguro que desde el cielo sigue impartiendo su sabiduría a tantos almanseños como lo hacía en la Tierra. O don Jesús, del que tanto aprendí y que, sin saberlo ninguno de los dos, me llevó por el camino de las ciencias políticas, con aquellos debates intensos, pues estábamos en las antípodas ideológicas, pero siempre enriquecedores que ayudaron a construir la persona que hoy soy.

O Luis Almansa, profesor de inglés, con el que intercambio ideas sobre el sistema educativo…

Ellos y todos los demás que en estos tiempos difíciles intentan transmitir sus conocimientos a través de la red de redes, con esfuerzo y con dedicación, merecen nuestro aplauso también.

Estamos ante un nuevo reto. Cada mañana, cuando se levantan mis hijos y los de todas las familias castellano manchegas, nos reunimos alrededor de la mesa y decimos que estamos en el cole.

Mi mujer y yo intentamos echarles una mano como mejor podemos. A Paquito, que le encanta el inglés. O a Jimena, que ha aprendido a leer y empieza a entender que las palabras, cuando van unidas, forman frases que tienen un mayor y más complejo significado.

O Cayetana, que a veces, como la mayor que es de los tres, quiere ser ella la maestra.

Pero todos, mis hijos y los de todos los españoles, están recibiendo estos días sus clases. Porque hay detrás personas que preparan la materia y con escasos medios, los que tienen en sus casas, intentan que el saber siga sin ocupar lugar y se transmita de generación en generación.

Merecen todo mi reconocimiento y mi aplauso.

Los docentes, muchas veces incomprendidos, a veces insultados de manera injustificada, están demostrando en esta situación que son uno de nuestros grandes valores. Nos demuestran que hay que invertir en ellos.

Yo les prometo que no olvidaré esta gran labor que realizan.

Vaya desde aquí mi aplauso. Se lo merecen.

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