LOS OTROS SOLDADOS DEL FRENTE

Veía hoy un informativo a mediodía y me he fijado en una noticia que seguro habrá pasado desapercibida para muchos. Hablaba de los trabajadores del servicio de recogida de residuos sólidos urbanos, los trabajadores de la basura como se les conoce tradicionalmente y cuya acepción debería desaparecer.

Los trabajadores de la recogida de residuos son personas que merecen todo nuestro respeto. Hacen un trabajo tan digno como el que más, a horas intempestivas y en condiciones muy duras de trabajo.

Llueva, haga calor, frío, nieve, haga viento, sea festivo o laborable, estos empleados del servicio de limpieza desarrollan su tarea con gran profesionalidad y dedicación.

Mi buen amigo Mario, el jefe del servicio de recogidas de Almansa, donde fui alcalde, todavía recordará la cantidad de preguntas que le hacía sobre cómo funcionaba el servicio. Y Ernesto, que le sustituyó y del que aprendí tanto.

Era un servicio que dependía de mí y recuerdo las vueltas que tuvimos que dar para poder comprar un camión nuevo para el pueblo. Intentamos al principio comprar uno de segunda mano, pero fue imposible y tuvimos que pagar los cerca de 200.000 euros que cuesta un vehículo de esas características.

Fue todo un acontecimiento para una localidad pequeña y los trabajadores se llevaron una enorme alegría.

Y ya digo que hoy, viendo la noticia del informativo, he recordado a aquella buena gente.

Y he pensado que ellos también están expuestos. Ellos no son inmunes al monstruo que nos tiene encerrados en nuestras casas y que tantas vidas se está llevando y necesitan material para no contagiarse.

Porque imaginaos el riesgo que ya corren en condiciones normales, recogiendo todo tipo de residuos que pueden contaminarles. Pues añadid a eso el peligro que supone recoger ahora basura muy probablemente contaminada y pasar a diario por zonas donde es muy probable que el virus esté al acecho.

Y el gran problema es que, hasta ahora, muchos de ellos han tenido que hacer su trabajo sin medidas de seguridad. Lo han tenido que realizar sin equipos de protección sanitaria, ni mascarillas…

Con material confeccionado por ellos mismos, siendo como son, soldados en el frente.

De verdad que hay que pararse y reflexionar sobre esta falta de previsión que hemos sufrido para que nunca más vuelva a ocurrir. No puede volver a pasar. Tenemos un gran país. Una comunidad, Castilla-La Mancha, modélica, con personas abnegadas y sacrificadas que merecen que nunca más vuelvan a pasar por lo que están pasando.

Por eso hoy quiero rendir homenaje a los trabajadores de residuos sólidos urbanos por su gran labor. Agradezco a los castellano manchegos que han puesto carteles de apoyo en los contenedores, porque seguro que ellos, los otros soldados del frente, lo agradecen en el alma.

Seguimos luchando.